De acuerdo con el Centro Andaluz de Documentación e Información de Medicamentos (CADIME), el dolor irruptivo en los pacientes oncológicos “se
considera como una exacerbación transitoria de dolor, que se manifiesta de forma espontánea o asociado a un desencadenante, en pacientes que
presentan manifestaciones de dolor crónico que se encuentra estabilizado y adecuadamente controlado con el tratamiento recibido”. Las mismas
fuentes establecen que “el dolor irruptivo puede aparecer de forma incidental (relacionado con un factor desencadenante concreto) o de manera
espontánea (cuando aparece de forma inesperada). De forma que, el dolor incidental aparece tras realizar alguna acción, voluntaria (caminar),
involuntaria (toser) o tras la práctica de algún procedimiento (cura de una úlcera)”.
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El dolor irruptivo se caracteriza por su “comienzo rápido (5 minutos), duración corta
(menos de 30 minutos)” y una “gran intensidad”, según se remarca en ONCOURG, la
Guía Práctica de Actuación en Urgencias Oncológicas para Especialistas Internos
Residentes y Médicos de Atención Primaria, difundida por la Sociedad Española de
Oncología Radioterápica (SEOR).
A la hora de abordar terapéuticamente el dolor irruptivo oncológico (DIO), debe tenerse
en cuenta que los opioides tradicionales de acción rápida “no encajan”, ya que “tardan
unos 30 minutos en alcanzar la analgesia y su efecto dura 4 horas o más; es preciso
disponer de fármacos que se ajusten al patrón del DIO, como es el caso de los
fentanilos administrados por vía transmucosa”, se arguye en un Documento de
Consenso sobre el diagnóstico y tratamiento del dolor irruptivo oncológico (DIO)
elaborado por ocho especialistas (Y. Escobar Álvarez, A. Biete i Solà, M. Camba
Rodríguez, R. Gálvez Mateos, A. Mañas Rueda, C. A. Rodríguez Sánchez, D.
Rodríguez Mesa y A. Tuca i Rodríguez) [Publicado por la Revista de la Sociedad
Española del Dolor / Grupo Arán].
Tal y como reza el Consenso, “el tratamiento analgésico del DIO es específico y no
sustituye al tratamiento del dolor basal; se deben prescribir opioides para el DIO como
complemento al tratamiento con opioides utilizados para controlar el dolor basal. El
tratamiento del paciente con DIO debe ser integral, englobando la prevención y medidas
terapéuticas analgésicas y coanalgésicas, tanto farmacológicas como no
farmacológicas”.
El medicamento ideal
Según los mismos autores, “el fármaco ideal para el tratamiento del DIO deberá cumplir las siguientes especificaciones:
-Ser un analgésico potente.
-Tener un inicio de acción rápido (10 minutos o menos).
-Tener una corta duración del efecto (2 horas o menos).
-Poseer mínimos efectos secundarios.
-Ser de fácil administración (cómodo, no invasivo y autoadministrable).
El fentanilo, al presentar una elevada potencia analgésica y alta lipofilia, es el principio activo que más se ajusta a las necesidades
analgésicas del dolor irruptivo en el momento actual, con independencia del opioide mayor utilizado para el control del dolor basal”.
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