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ACTUALIZACIÓN y AVANCES EN
EL MANEJO DEL DOLOR






Consenso sobre el manejo del dolor irruptivo oncológico


Fuentes: CADIME, ONCOURG (SEOR) y Revista de la Sociedad Española del Dolor / Grupo Arán
 

De acuerdo con el Centro Andaluz de Documentación e Información de Medicamentos (CADIME), el dolor irruptivo en los pacientes oncológicos “se considera como una exacerbación transitoria de dolor, que se manifiesta de forma espontánea o asociado a un desencadenante, en pacientes que presentan manifestaciones de dolor crónico que se encuentra estabilizado y adecuadamente controlado con el tratamiento recibido”. Las mismas fuentes establecen que “el dolor irruptivo puede aparecer de forma incidental (relacionado con un factor desencadenante concreto) o de manera espontánea (cuando aparece de forma inesperada). De forma que, el dolor incidental aparece tras realizar alguna acción, voluntaria (caminar), involuntaria (toser) o tras la práctica de algún procedimiento (cura de una úlcera)”.



Autor/a: OpenClips
Fuente: Pixabay / Public Domain
El dolor irruptivo se caracteriza por su “comienzo rápido (5 minutos), duración corta (menos de 30 minutos)” y una “gran intensidad”, según se remarca en ONCOURG, la Guía Práctica de Actuación en Urgencias Oncológicas para Especialistas Internos Residentes y Médicos de Atención Primaria, difundida por la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR).

A la hora de abordar terapéuticamente el dolor irruptivo oncológico (DIO), debe tenerse en cuenta que los opioides tradicionales de acción rápida “no encajan”, ya que “tardan unos 30 minutos en alcanzar la analgesia y su efecto dura 4 horas o más; es preciso disponer de fármacos que se ajusten al patrón del DIO, como es el caso de los fentanilos administrados por vía transmucosa”, se arguye en un Documento de Consenso sobre el diagnóstico y tratamiento del dolor irruptivo oncológico (DIO) elaborado por ocho especialistas (Y. Escobar Álvarez, A. Biete i Solà, M. Camba Rodríguez, R. Gálvez Mateos, A. Mañas Rueda, C. A. Rodríguez Sánchez, D. Rodríguez Mesa y A. Tuca i Rodríguez) [Publicado por la Revista de la Sociedad Española del Dolor / Grupo Arán].

Tal y como reza el Consenso, “el tratamiento analgésico del DIO es específico y no sustituye al tratamiento del dolor basal; se deben prescribir opioides para el DIO como complemento al tratamiento con opioides utilizados para controlar el dolor basal. El tratamiento del paciente con DIO debe ser integral, englobando la prevención y medidas terapéuticas analgésicas y coanalgésicas, tanto farmacológicas como no farmacológicas”.

El medicamento ideal

Según los mismos autores, “el fármaco ideal para el tratamiento del DIO deberá cumplir las siguientes especificaciones:

-Ser un analgésico potente.
-Tener un inicio de acción rápido (10 minutos o menos).
-Tener una corta duración del efecto (2 horas o menos).
-Poseer mínimos efectos secundarios.
-Ser de fácil administración (cómodo, no invasivo y autoadministrable).

El fentanilo, al presentar una elevada potencia analgésica y alta lipofilia, es el principio activo que más se ajusta a las necesidades analgésicas del dolor irruptivo en el momento actual, con independencia del opioide mayor utilizado para el control del dolor basal”.