Redacción Farmacosalud.com
Una terapia con células madre procedentes de la grasa es eficaz para tratar las fístulas en la enfermedad de Crohn. En un estudio[1], que publica la revista ‘The Lancet’, este tratamiento ha demostrado que, en un 50% de los pacientes, se logra la curación completa de las lesiones, incluso en casos de fracaso previo de todas las alternativas terapéuticas disponibles. De esta manera se evita que tengan que pasar por quirófano. El investigador principal del estudio, en el que ha participado 49 hospitales de Europa e Israel, es el Dr. Julià Panés, jefe del Servicio de Gastroenterología del Hospital Clínic (Barcelona) y del equipo Enfermedad Inflamatoria Intestinal del IDIBAPS. El Dr. Damián García-Olmo, jefe del Departamento de Cirugía del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz-Grupo Quirónsalud (Madrid), ha sido el encargado de establecer el protocolo quirúrgico del trabajo. Se trata del primer estudio de fase III en el mundo que prueba una terapia celular para las fístulas de la enfermedad de Crohn.
El Crohn es una enfermedad que afecta a dos de cada 1.000 personas. Una de las complicaciones de esta patología que más afecta a la calidad de vida de los pacientes es la aparición de fístulas en el recto y de abscesos perianales. Se dan en algún momento del curso de la enfermedad en un 40% de los pacientes. Los tratamientos farmacológicos existentes son eficaces para tratar esta complicación en un 50% de los casos. Para el otro 50%, hasta ahora, la única opción era la cirugía, que puede suponer para algunos pacientes la resección definitiva del recto.
Se inyectan las células directamente en el trayecto de las fístulas
En el artículo que publica la revista ‘The Lancet’ se ha probado un tratamiento con células madre mesenquimales, producido por la empresa TiGenix, que se obtienen a partir del tejido adiposo (grasa). El tratamiento consiste en una única aplicación local en la que se inyectan las células directamente en el trayecto de las fístulas. En el estudio, multicéntrico y de fase III, han participado 212 pacientes, a la mitad de los cuales se les administró el nuevo tratamiento y, a la otra mitad, placebo. Los resultados demuestran que, con una sola inyección, hay una mejora significativa con respecto al cierre de las fístulas y un mayor porcentaje de pacientes curan esta complicación. "Un 60% de los pacientes responden al tratamiento, y el 50% logran la curación completa", explica el Dr. Julià Panés, coordinador del estudio.
"Se trata del primer estudio de fase III que prueba una terapia celular para las fístulas en Crohn con resultados muy positivos", señala el del Dr. Panés. Y añade que "el estudio tiene dos implicaciones importantes: por una parte, los pacientes que hasta ahora no respondían a los tratamientos con medicación pueden conseguir la curación y evitar las cirugías; por el otro, se trata de una alternativa segura para el grupo de pacientes con enfermedad de Crohn en los que las fístulas son la única o principal manifestación de la enfermedad. En estos pacientes, el tratamiento con una sola inyección local evitaría el uso de medicamentos que suprimen el sistema inmunitario de manera general e inespecífica y aumentan el riesgo de infección".
Por su parte, el Dr. Damián García Olmo, coordinador de la rama quirúrgica del estudio, señala que esta nueva terapia, pionera a escala mundial, “abre un nuevo escenario para estos pacientes, que sometiéndose a una única inyección de células madre procedentes de la grasa verán mejorar notablemente las fístulas, una complicación para la que hasta ahora el único recurso era la cirugía”. Asimismo, el Dr. García Olmo destaca que la gran ventaja de este procedimiento es que, “a diferencia de los abordajes clásicos, no altera el mecanismo esfinteriano, por lo que no produce incontinencia fecal, lo que supone a su vez un gran mejora en la calidad de vida de los pacientes”. “En definitiva, los resultados abren una puerta a la esperanza para un problema sin solución médica actual y cuya prevalencia está aumentando en nuestro país”, agrega.
Los IBP son seguros: si la indicación, dosis y duración del tratamiento son adecuados
Los beneficios del tratamiento con inhibidores de la bomba de protones (IBP), tanto a corto como a largo plazo, superan los posibles riesgos o efectos secundarios, siempre y cuando la indicación clínica además de la dosis y la duración del tratamiento sean adecuados. Esta es la principal conclusión del Posicionamiento sobre Efectos Adversos de los IBP, un documento recientemente publicado por la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) en su revista científica REED (Revista Española de Enfermedades Digestivas), en respuesta a las dudas y la alarma surgidas sobre esta clase de medicamentos, ya fuera entre profesionales o entre pacientes. El uso adecuado de los IBP y la prevención de sus posibles efectos adversos ha sido objeto de debate entre los expertos reunidos en la Semana de las Enfermedades Digestivas (SED) organizada recientemente por la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD).
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), entre los que se incluyen nombres comerciales tan conocidos como omeprazol, lansoprazol, pantoprazol, rabreprazol y esomeprazol, son uno de los grupos de fármacos más recetados y con mayores niveles de facturación en el Sistema Nacional de Salud (SNS). El consumo de IBP en España ha aumentado de forma considerable en los últimos años, pasando de 21,8 dosis diarias definidas por cada mil habitantes en el año 2000, a 96,57 dosis diarias definidas por mil habitantes en el año 2008. Entre el año 2000 y el 2008 la prescripción de IBP aumentó un 200% y entre 2004 y 2010 su consumo incrementó un 227%; sin embargo, el coste para las arcas públicas aumentó solo un 21,3%, suponiendo un coste total de alrededor de 626 millones de euros gracias al impacto de los genéricos.
A partir de 2010 y a raíz de algunos artículos publicados en revistas científicas que relacionaban este grupo de fármacos con la demencia o con el infarto y que han alcanzado una gran repercusión mediática, se ha generado una importante alarma social alrededor del uso de IBP. “En los últimos años hemos pasado de una situación en que todo el mundo tomaba IBP y en la que hemos tenido incluso un problema de automedicación, a una situación inversa, en el que un número considerable de personas se acercan a las consultas de Atención Primaria demandando mayor nivel de información sobre IBP o de pacientes que estando correctamente tratados con IBP quieren abandonar el tratamiento por temor a sus consecuencias”, explica el Dr. Cristóbal de la Coba, especialista en Aparato Digestivo y uno de los autores del posicionamiento además de coordinador del Comité de Excelencia Clínica de la SEPD, en el momento de la publicación del trabajo.
Ante esta situación, la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) ha considerado conveniente realizar una revisión exhaustiva de la evidencia científica existente, y elaborar y publicar un documento de posicionamiento institucional valorando la seguridad de estos fármacos a largo plazo. “Desde la SEPD, creemos que se deben destinar esfuerzos a evitar la prescripción inadecuada, especialmente en las personas ancianas polimedicadas y las personas dadas de alta tras una estancia hospitalaria, y es fundamental informar a los pacientes de la duración adecuada de su tratamiento y de cómo evitar otros factores de riesgo asociados a estos efectos adversos”, afirma el Dr. De la Coba.
Una buena digestión favorece las emociones positivas
Por otro lado, cabe destacar que un proceso aparentemente tan automatizado como la digestión puede influir en nuestras emociones y estados anímicos. La conexión entre cerebro y sistema digestivo es más estrecha de lo que parece y actúa en ambas direcciones, indican desde la SEPD. Según el Dr. Juan Ramón Malagelada, miembro de la Sociedad Española de Patología Digestiva, “el cerebro registra señales de mal funcionamiento del sistema digestivo y las modifica bajo el influjo de algunas emociones como la ansiedad, la angustia o la depresión”, explica este experto, que puntualiza: “la normalidad digestiva favorece el equilibrio emocional”.
Así pues, los expertos de la SEPD recomiendan cuidar qué comemos y cómo lo comemos, entender lo que nos sienta bien y mal para adaptar la dieta al bienestar de cada persona. Lo mismo para nuestro intestino: hay que cuidarlo, favoreciendo el tránsito intestinal, saber relajar el abdomen, cuidar la microbiota y dedicar el tiempo que cada uno necesite para ir al baño. Cambiar la flora bacteriana intestinal predeterminada puede variar no solo la calidad de la digestión, sino también el estado de ánimo.
Recogida en una obra científica la evidencia actual en prebióticos y probióticos
Por último, la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos (SEPyP) ha presentado la obra ‘Probióticos, prebióticos y salud: Evidencia científica’, manual que, por primera vez en España, recoge toda la evidencia científica existente en materia de probióticos y prebióticos. En palabras del presidente de SEPyP, el Dr. Guillermo Álvarez Calatayud, “la aplicación de los probióticos en la clínica ya está consolidada en ciertas patologías, sobre todo, gastrointestinales pero se ha implicado a la microbiota con enfermedades tan diversas como el autismo o la celiaquía y son muchas en las áreas en las que se está investigando. En este contexto, se hacía necesario recoger toda la ciencia existente y plasmarla en una obra rigurosa como Probióticos, Prebióticos y Salud. Evidencia Científica”.
Referencias
1. Prof Julián Panés, Damián García-Olmo, Prof Gert Van Assche, Prof Jean Frederic Colombel, Prof Walter Reinisch, Prof Daniel C Baumgart, Prof Axel Dignass, Maria Nachury, Prof Marc Ferrante, Prof Lili Kazemi-Shirazi, Prof Jean C Grimaud, Prof Fernando de la Portilla, Prof Eran Goldin, Marie Paule Richard, Anne Leselbaum, Prof Silvio Danese, for the ADMIRE CD Study Group Collaborators ‘Expanded allogeneic adipose-derived mesenchymal stem cells (Cx601) for complex perianal fistulas in Crohn's disease: a phase 3 randomised, double-blind controlled trial’