Una producción de
Con la colaboración de


ACTUALIZACIÓN y AVANCES EN
EL MANEJO DEL DOLOR






¿Miedo a los opiáceos?


Doctora Elena Català,
Presidenta de la Sociedad Catalana de Dolor y médica del Servicio de Anestesiología del Hospital de Sant Pau (Barcelona)
 

-El uso de opiáceos para el tratamiento del dolor está rodeado de una serie de actitudes, creencias y mitos que limitan, aún hoy, su empleo en clínica. Estas limitaciones afectan a médicos, pacientes y al resto de la sociedad. ¿Qué destacaría en torno a estas limitaciones?
El uso de opioides en los últimos 10 años ha aumentado considerablemente en todo el mundo desarrollado y en el nuestro también. Existe menos opioifobia, aunque existe, pero debemos prescribirlos cuando son necesarios. En este sentido, el buen uso de estos fármacos aún no está bien establecido entre los facultativos que deben recetarlos por:
1.- Falsas creencias o mitos, pensando que sólo sirven en situaciones extremas de la vida y durante muy poco tiempo.
2.- Por un control no demasiado exhaustivo de los pacientes a los que se administran estos fármacos. Doctora Elena Català
Doctora Elena Català
Fuente: Dra. Català


Estas limitaciones comportan: hay pacientes que se beneficiarían, pero no se les prescribe o incluso viceversa, se les prescribe pero se desconoce cómo lo utilizan por mal seguimiento. Lo que es cierto es que el uso de opioides está bien reconocido por la comunidad científica europea, pero debemos usarlos de forma correcta, no como un analgésico más.

-¿Cuándo hay que dar opiáceos?
Ante todo y antes de prescribir un fármaco analgésico potente de las propiedades de los opioides debe conocerse el fármaco, el paciente y su entorno. Es decir, no basta con que un paciente tenga mucho dolor, debe diagnosticarse y saberse por qué tiene dolor y evaluar otros tratamientos realizados o de los que podría beneficiarse. También debe explorarse su estado anímico y antecedentes psicopatológicos. Estos pacientes deben seguir controles periódicos con su mismo médico o equipo médico. Esto evita aumentos descontrolados de estos fármacos.

-Los médicos, en su mayoría, utilizan antiinflamatorios para tratar el dolor sea de la intensidad que sea, no suelen emplear otros fármacos y, en general, utilizan muy poco los opiáceos mayores por temor a una posible dependencia o adicción en el paciente. ¿Cuál sería su mensaje en este sentido, especialmente dirigido a los especialistas que manejan estos procesos de dolor de moderado a intenso?
Todos los analgésicos de que disponemos tienen propiedades diferentes y debemos utilizarlos dependiendo de la patología del paciente y situaciones especiales. Los AINEs, quizá demasiado utilizados, poseen unos efectos secundarios nada despreciables y por tanto en un alto porcentaje de pacientes debe restringirse su uso. Debemos tener presente que existen opioides para dolor moderado (tramadol) que iniciándose a dosis bajas pueden ser beneficiosos para los pacientes y con menores efectos adversos que los AINEs a medio-largo plazo.

-¿Cuáles son las evidencias en torno al uso de opiáceos en tratamientos a largo plazo?
No existe evidencia científica (revisiones de Cochrane) con el uso opioides a largo plazo en el dolor crónico de origen no oncológico (DCNO). Para el uso en el dolor agudo postoperatorio o por un proceso oncológico es diferente. Todos los trabajos evaluados están realizados a corto plazo y hay una tasa de abandonos nada despreciable. Autor/a: OpenClips Fuente: Pixabay / Public Domain
Autor/a: OpenClips
Fuente: Pixabay / Public Domain


-¿Cuál es la percepción del paciente acerca del uso de los fármacos opiáceos? ¿Se ha realizado alguna encuesta en este sentido?
Yo no conozco ninguna encuesta realizada a los pacientes. Pero por mi experiencia diaria, si la información dada al paciente es clara y concisa, los pacientes no deben tener problemas para su uso. Debe dejarse claro que las dosis a utilizar en los pacientes con (DCNO) tienen que ser bajas y siempre evaluando los efectos adversos, pues si existen efectos adversos como la sedación, somnolencia, náuseas o constipación pertinaz no beneficiamos al paciente. Siempre debe informarse de estos efectos adversos y hacer profilaxis.

-Una nueva opción terapéutica en opiáceos para el dolor de moderado a intenso es la buprenorfina transdérmica. ¿En qué casos en concreto está indicada y qué beneficios aporta al paciente?
La Buprenorfina transdérmica ya lleva muchos años en el mercado, aunque últimamente han salidos diferentes parches (presentaciones transdérmicas) de diferentes casas comerciales. Es un agonista parcial de los receptores mu y antagonista kapa. Tiene menores efectos de tolerancia y sobre todo de dependencia. En algunas ocasiones también puede usarse como opioide de deshabituación. Es una buena opción por dos motivos:
1.- Es un parche y evitamos la vía oral, ya sea por su polifarmacia en gente de edad avanzada y por la facilidad de no tener que tomarlo diariamente (mejor adhesión al tratamiento).
2.- Tiene un buen perfil en paciente con insuficiencia renal debido a que su eliminación es por vía biliar.

No necesita receta especial de estupefacientes. Esto antes hubiera sido una gran ventaja porque la receta era manual y se necesitaba una receta especial de estupefacientes, no siempre disponibles para todos los facultativos, pero actualmente con la receta electrónica del CATSALUT se receta igual que los otros opioides. Autor/a: Dr.Farouk Fuente: Flickr / Creative Commons Autor/a: Dr.Farouk
Fuente: Flickr / Creative Commons


-¿Qué mensaje da al profesional que piensa que crean dependencia o que hay tratamientos mejor indicados?
El primer mensaje es que antes de prescribir un fármaco analgésico de la índole que sea, pero sobre todo opioides potentes, debemos saber qué le pasa al paciente. Una vez diagnosticado, escoger el mejor tratamiento para aquel paciente. El dolor es un síntoma subjetivo y propio de cada persona e influenciable por diferentes factores, desde físicos, psicológicos, ambientales, sociales... El dolor debe diagnosticarse y evaluarse.

Los opioides son excelentes analgésicos si se prescriben correctamente. La tolerancia y dependencia no deben ser barreras para su prescripción. Si creemos que los pacientes son candidatos al tratamiento analgésico con opioides potentes, deben seguirse las recomendaciones ya publicadas para su buen uso y sobre todo hacer un seguimiento del paciente. Si no se puede hacer un seguimiento de los pacientes, mejor no prescribirlos.

-¿Qué avances han supuesto los nuevos opiáceos en el manejo del dolor?
Todo tratamiento analgésico que pueda beneficiar a los pacientes siempre será bienvenido. Hoy en día tenemos una amplia gama de opioides potentes, lo que permite hacer un tratamiento más individualizado. No sólo disponemos de diferentes fármacos, sino también de diferentes presentaciones o vías de administración. No podríamos entender que en el arsenal terapéutico de los médicos que tratan pacientes con dolor no existieran los opioides. No obstante, el opioide ideal aún está por llegar, pues todos de los que disponemos presentan un perfil de efectos adversos que limitan su utilización, además de presentar un perfil de tolerancia y dependencia que en tratamientos a muy largo plazo también pueden limitar su uso.