Redacción Farmacosalud.com
El cibercondríaco -versión digito/telemática del hipocondríaco, o individuo que se preocupa en exceso por su salud- que usa los wearables -dispositivos que monitorizan el funcionamiento del cuerpo- no es que se comporte como un pez que se muerde la cola, es que puede llegar a comportarse como un pez que cada vez se muerde más partes de sí mismo. “El control de todos los parámetros de salud no calma a la persona hipocondríaca, sino que le crea más ansiedad”, señala el profesor Antonio Cano, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), según cita Carlos Mateos, director de COM Salud y vicepresidente de la Asociación de Investigadores en eSalud (AIES). O sea, lo que viene a decir el profesor Cano es que el cibercondríaco, aunque compruebe que está físicamente mejor que nunca, no se dará por satisfecho y tenderá a preocuparse aún más por sus parámetros vitales.
Los wearables son dispositivos que forman parte de la ropa o complementos (como relojes, pulseras, textiles o gafas) y que incorporan sensores con los que registrar parámetros del estado de salud, como la temperatura, las pulsaciones, la distancia recorrida o incluso la respiración, la glucosa o los ciclos del sueño. Estas Navidades se podría duplicar la venta de pulseras y relojes para monitorizar el ejercicio físico y la salud. Carlos Mateos expone el porqué de este éxito: “Los wearables conjugan varios factores que nos atraen para consumo propio o para regalo: por un lado la tecnología, que es un símbolo de vanguardia e incluso estatus social. Por otro, la preocupación por la salud, que ha crecido. A muchas personas sanas les preocupa mantener su salud y estos dispositivos ayudan a conseguirlo, sobre todo a través del ejercicio”.
Medir todo lo que hacemos: el ‘yo cuantificado’
Asimismo, gracias a los wearables los pacientes crónicos pueden “mantener controlado su estado de salud con facilidad. Además, ese control es cómodo, no intrusivo”, aduce Mateos. Hay otros factores que explican el éxito de dichos dispositivos, como “la tendencia a medir todo lo que hacemos, algo que se conoce como el ‘yo cuantificado’, y a superar retos", y la tendencia a "compartir los resultados, como permiten muchos wearables destinados al ejercicio físico”, añade. En el marco de una jornada de networking organizada por AIES en colaboración con el Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria (IRYCIS), se ha puesto de manifiesto que “los wearables y el ‘Internet de las cosas’ van a cambiar la forma de practicar la medicina” porque se pasará “de un modelo basado en el tratamiento a otro centrado en la prevención, que resulta mucho más económico y eficaz, ya que permite controlar nuestra salud en todo momento, detecta riesgos y evita muchas crisis y hospitalizaciones”, asegura el doctor Sergio Vañó, presidente de AIES y coordinador de la Unidad de Tecnologías Médicas IRYCIS.
Donde los wearables están demostrando mejor sus beneficios es en el control de pacientes crónicos y personas dependientes. Un proyecto del servicio de Cardiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid) ha probado con éxito una camiseta inteligente, desarrollada por la empresa española Nuubo, para monitorizar a pacientes con arritmias cardíacas. La detección más habitual es con un holter, un dispositivo con unos cables con sensores adheridos a la piel, comenta el doctor José Luis Zamorano, jefe del Servicio de Cardiología y responsable del Grupo de Investigación de Enfermedades Cardiovasculares del IRYCIS. Sin embargo, “tiene limitaciones, no solo de comodidad, sino de duración de la propia grabación. El holter tradicional suele ser de 24 h y muchas veces no permite recoger las arritmias que el paciente nos refiere. Además, al interferir con los cables a veces hace que el registro sea de mala calidad", apunta. Lo que esta camiseta inteligente ha comprobado es que “puede detectar la misma cantidad de arritmias que el holter en 24 horas”.
Otro de los wearables cuyo uso más está creciendo es el de las gafas inteligentes, o smartglasses, para uso médico. También existen soluciones para retransmitir operaciones e interaccionar con otros profesionales sanitarios en directo -algo muy útil para la formación de profesionales sanitarios y la prestación de asistencia sanitaria en lugares remotos, como afirma un reciente estudio publicado en la revista ‘BMJ Case Reports’-.
El cibercondríaco es una persona obsesiva, controladora y rígida
En Estados Unidos, el sector en el que más está aumentando la venta de wearables después del de fitness es el de los bebés. Muchos padres quieren poder detectar en todo momento cualquier alteración del sueño, respiración, temperatura o incluso Ph en la orina. A criterio de los expertos, estas personas tan controladoras pueden acabar desarrollando un cuadro de cibercondría, la versión cibernética de la hipocondría: “La cibercondría no es más que un nombre nuevo para un problema más general, la hipocondría -sostiene el profesor Cano, de acuerdo con una mención de Mateos-. La cibercondría es un término acuñado por los investigadores Ryen White y Eric Horvitz, de Microsoft Research, para referirse a la excesiva preocupación por la salud expresada en la búsqueda de síntomas por Internet. Según el profesor Cano, en el caso de los wearables quienes tratan de medir todas sus variables de salud responden al mismo perfil”, cita Mateos.
De acuerdo con Cano, el cibercondríaco es una persona obsesiva, controladora y rígida que quiere tener un control absoluto de su salud y utiliza las nuevas tecnologías para lograrlo. Como se ha apuntado anteriormente, este tipo de paciente busca obsesivamente en Internet información sobre posibles síntomas por miedo a estar sufriendo alguna patología. “La búsqueda de síntomas en Internet o el control de todos los parámetros de salud no calma a la persona hipocondríaca, sino que le crea más ansiedad, señala el profesor Cano, y de hecho el control excesivo de los síntomas puede originar más síntomas”, indica a www.farmacosalud.com el vicepresidente de AIES.
Según Cano, para prevenir y tratar la cibercondría “hay que identificar a las personas rígidas y ansiosas y, en primer lugar, facilitarles información y después educarles. No es fácil cambiar la forma de pensar, por lo que se requieren técnicas de reestructuración cognitiva”, describe Mateos.
Mucha gente busca médico o clínica por Internet
Casi la mitad de la población (el 45%) ha buscado información sobre clínicas o médicos por Internet en el último año, según una encuesta realizada por la agencia de comunicación COM Salud. La encuesta también revela que las mujeres buscan este tipo de información en algo mayor medida que los hombres (46% frente a 44%) y que las personas mayores de 60 años se han lanzado a la llamada salud 2.0: el 35% reconoce haber consultado lo que el ‘doctor Google’ tenía que decir sobre médicos o clínicas. Por otra parte, expertos reunidos en el I Foro Debate de Información Médica han percibido un aumento en el número de consultas durante los últimos años a los servicios de Información Médica de los Laboratorios, tanto de profesionales sanitarios como de pacientes, por el incremento de la búsqueda en Internet de información sobre medicamentos y su uso.
“Aunque Internet es la referencia a la hora de consultar información de salud, la confianza que se les otorga es baja. Los servicios de Información Médica proporcionan datos contrastados, basados en el resultado de años de investigación. Se responden decenas de consultas anuales relacionadas con el uso adecuado y seguro de los medicamentos y los profesionales reunidos en el Foro tenemos la percepción de que en los últimos años ha ido creciendo el número de consultas por este motivo”, señala Ángeles Flores, coordinadora del Foro junto con Patricia Ortega, ambas responsables del Grupo de Trabajo sobre Información Médica de la Asociación de Médicos de la Industria Farmacéutica (AMIFE).
“La mayoría de los profesionales del Grupo de Trabajo sobre Información Médica de AMIFE coincidimos en afirmar que los pacientes cada vez están más interesados en conocer y necesitan más información. Los servicios de Información Médica de la Industria Farmacéutica somos una fuente fiable para el paciente y los profesionales y estamos para ayudar, ya que disponemos de toda la información sobre un determinado medicamento y su uso”, afirma Flores. “Aunque -añade- quizá no hemos sabido hacerlo bien y llegar más a los pacientes para que se dirijan a nosotros para resolver sus dudas. Por ejemplo, aún nos falta por hacer un uso eficaz de las Redes Sociales”.
Terapia por videoconferencia: con beneficios para la adherencia al tratamiento
Al 67% de los adultos mayores de 25 años le gustaría acceder a servicios sanitarios desde su hogar y tener control sobre su evolución médica desde dispositivos móviles. Optimizar el tiempo, reducir costes y facilitar que la consulta sea más cómoda tanto para el paciente como para el profesional es el objetivo de CITA.iO, una plataforma tecnológica que facilita la asistencia terapéutica y el seguimiento del paciente. Esta plataforma tecnológica ofrece una consulta online completa resolviendo todas las necesidades de la terapia no presencial.
CITA.iO ofrece una alternativa a las terapias tradicionales, optimizando el proceso de seguimiento del paciente e incorporando además su historial clínico, lo que permite al profesional introducir toda la información en tiempo real en el momento de la sesión. Por su parte, el Dr. Javier Goti, psiquiatra especialista en adolescentes de las Clínicas CITA, destaca la posibilidad que ofrece la plataforma para los profesionales médicos de realizar informes y recetas médicas online oficiales con control de emisión. “El paciente también podrá introducir y consultar el cumplimiento farmacológico mediante la utilización de una aplicación móvil y dispositivos externos interconectados”, señala Goti.
#BeSocialFarma, ayuda a las farmacias para dar el salto al entorno 3.0
Por último, el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla quiere llevar la atención farmacéutica a la red digital a fin de ampliar la posibilidad de ofrecer consejo farmacéutico a los más jóvenes y a los usuarios cada vez más proclives a buscar información en Internet y particularmente en los nuevos medios de comunicación sociales, “que representan una oportunidad, pero también un riesgo si se busca en fuentes pocos solventes que aportan información sin contrastar, cuando no errónea”, afirma el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, Manuel Pérez.
El reto del Colegio es precisamente evitar que se acuda a esas fuentes poco fiables y convertir a la farmacia sevillana en una referencia informativa fiable, también en Internet, a la que acudir para buscar consejos relacionados con el medicamento y con la salud en general. Para ello, la corporación farmacéutica sevillana ha puesto en marcha un proyecto 3.0 que incluye entre otras herramientas y aplicaciones, un blog de consejos farmacéuticos, y una nueva página web con servicios de interés público como el localizador de farmacias de guardia o alertas sobre medicamientos, además del canal de videoconsejos en Youtube sobre aplicación o uso de medicamentos, hábitos de vida sana y recomendaciones de prevención, así como perfiles permanentemente actualizados en las principales redes sociales y una App que integra todo este sistema digital.