[vc_column]El doctor Francisco Guarner, presidente de la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos (SEPyP) y jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, afirma que los llamados probióticos y prebióticos, “más allá de su valor puramente nutricional, aportan otros efectos que podríamos definir como farmacológicos”. Entre ellos, mejoras en el sistema inmunitario y prevención de infecciones gastrointestinales o respiratorias comunes. Para Guarner, los probióticos “van bien para todas las edades”, si bien hay que contar con los consejos del pediatra cuando esos nutrientes van dirigidos a los niños. El doctor advierte que para protegerse de los presuntos y falsos alimentos funcionales “hay que informarse, y para ello hay que contar con profesionales de la salud” como son los dietistas, farmacéuticos y médicos.
-Valencia ha sido escenario el 23 y 24 de enero del ‘V Workshop Probióticos, Prebióticos y Salud. Evidencia Científica’. ¿Cuál es la diferencia entre probióticos y prebióticos, a pesar de la semejanza semántica?
Los probióticos son seres vivos, microrganismos (bacterias o levaduras). Muchos de ellos proceden de la elaboración tradicional de alimentos por fermentación (yogures, quesos, cerveza), y otros se han ido identificando en años recientes. Los probióticos son seres vivos que ejercen efectos beneficiosos en nuestro organismo, generalmente en el intestino, y a través del intestino en el sistema inmunitario.
Los prebióticos son ingredientes de la comida que se ha visto que alimentan selectivamente a algunas bacterias beneficiosas que viven en nuestros intestinos. Es comida para nuestros inquilinos.
-¿En términos de alimentación, cómo puede una persona beneficiarse de esta clase de nutrientes?
Los probióticos y los prebióticos tienen efectos beneficiosos más allá de su valor puramente nutricional, es decir, no aportan calorías, casi nada; sobre todo aportan otros efectos, que podríamos definir como farmacológicos. Mejoran nuestro sistema inmunitario y ayudan a prevenir infecciones gastrointestinales o respiratorias comunes, mejoran el bienestar abdominal, previenen de diarreas por antibióticos, etc.
-¿Qué es la microbiota? ¿Con qué hábitos puede una persona perjudicar y alterar la microbiota de su tracto gastrointestinal?
Tenemos varios cientos de gramos de inquilinos en nuestros intestinos que colaboran con nosotros y aportan sus funciones. Nosotros les proporcionamos lugar de residencia, con calefacción y les damos alimentos. Ellos contribuyen con sus genes a múltiples funciones metabólicas con impacto en nuestra salud.
Las comidas con muchos ingredientes vegetales, crudos o hervidos, son una fuente principal para alimentar a nuestros inquilinos y conseguir que la convivencia sea mejor. Los antibióticos muchas veces son necesarios e imprescindibles, pero alteran el equilibrio de nuestros huéspedes. Solamente hay que utilizarlos cuando realmente son imprescindibles, especialmente en niños pequeños.
-¿Cómo influye la edad del individuo en el aprovechamiento de los probióticos?
No influye, van bien para todas las edades. En la edad infantil hay que contar con los consejos del pediatra.
-¿Cómo puede protegerse un usuario de los presuntos y falsos alimentos funcionales?
Hay que informarse y para ello hay que contar con los profesionales de la salud: dietistas, farmacéuticos, pediatra, médico de familia, etc.
-¿Hacia dónde va dirigida la investigación en el ámbito de los prebióticos y probióticos?
Hay muchos problemas de salud que se relacionan con una deficiente colonización microbiana de nuestros intestinos: la obesidad, la diabetes, las alergias, el asma, el cáncer de colon… Esperamos que la investigación nos ayude a prevenir y controlar estos problemas.