Redacción www.farmacosalud.com
El confinamiento domiciliario por coronavirus durará 15 días, pero en las próximas horas se podría aprobar que se alargue 15 días más hasta un total de 30 (se da por seguro que así se aprobará en el Congreso). Uno puede pensar perfectamente que quedarse en casa durante un período tan largo de tiempo puede comportar un riesgo de adquirir sobrepeso porque la gente, en principio, se mueve menos y ‘quema’ menos calorías, come más como manera de pasar el rato o para entretenerse, para calmar los nervios y la incertidumbre, etc. “En efecto, es como una especie de tormenta perfecta. Confinamiento, con todos metidos en saca con espacios pequeños, falta de actividad cotidiana y falta de ejercicio… aburrimiento, ansiedad, comida accesible… Si no nos ponemos un plan estructurado de orden de comidas, menús saludables y ejercicio físico al menos durante 1 hora al día, estos días acabarán convertidos en varios kilos de más. Kilos que luego será difícil de quitar porque hay que salir de la inercia y volver a ponerse en marcha”, advierte la Dra. Susana Monereo, secretaria general de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Gregorio Marañón (Madrid).
En la otra cara de la moneda, existe el riesgo de que aparezcan cuadros de alimentación deficiente por pérdida de apetito, o por comer mal (comida basura, etc), debido a los nervios, angustia, etc. Con todo, la malnutrición es un problema menos prevalente que el exceso de peso en escenarios de confinamiento, tal y como señala la Dra. Monereo: “La malnutrición es más rara, pero muy posiblemente ya esté ocurriendo sobre todo en personas mayores o enfermas que no salgan de casa por problemas de movilidad, miedo al contagio, etc. y que no tengan acceso a comida saludable y, por ello, acaben comiendo mucho alimento procesado, enlatados etc., con pocos productos frescos. Es importante, para evitar la malnutrición e hipovitaminosis, comer productos frescos como frutas y verduras a diario o al menos 3 veces a la semana”.
“Los niños son, al igual que los mayores, colectivo vulnerable”
Por otro lado, no resulta difícil imaginar que los niños estén todo el día sentados entreteniéndose con los videojuegos o viendo teleseries, entre otras escenas de sedentarismo extremo. La población pediátrica es, pues, otra candidata a ganar peso y sufrir posibles perjuicios metabólicos mientras dura la cuarentena. “Los niños son, al igual que los mayores, colectivo vulnerable porque van a disminuir la actividad física bruscamente y, en paralelo, seguro que aumentan los productos más calóricos por casa, a veces porque se compran, otras veces porque se usan como entretenimiento, y otras porque se les da a los niños como premio”, remarca la secretaria general de SEEDO.
“Al igual que con los mayores -prosigue-, hay que programarles ejercicio físico todos los días con juegos, subir o bajar escaleras, etc. Hay que organizar menús saludables donde siempre haya fruta y verdura, y evitar en lo posible alimentos procesados, dulces, bollería industrial… Puede ser una buena oportunidad para enseñarles a cocinar platos saludables”.
Recomendaciones para un aislamiento ‘saludable’
En nombre de SEEDO, la Dra. Monereo lanza las siguientes recomendaciones para evitar posibles sobrepesos o cuadros de alimentación deficiente mientras dura el aislamiento:
1. Planificar los menús para toda la familia; se puede hacer a diario o semanalmente
2. No comprar compulsivamente, sino lo necesario para cocinar esos menús
3. Evitar tener almacenados alimentos dulces, fritos tipo snacks, patatas fritas etc
4. Evitar las bebidas dulces o refrescos con azúcar, y el alcohol (aportan muchas calorías). Recordar quitarse la sed con agua, infusiones o bebidas light
5. Programar una actividad lo más movida posible dentro de la casa: gimnasia para la familia con un video, ejercicios de fuerza con pesas, juegos con movimientos, bicicleta estática, cinta de correr, etc. Practicar bailes. Cuidar del jardín o de las plantas, aquellos que dispongan de esos recursos. Debe hacerse de forma estructurada con un horario
6. No dejarse llevar por la ansiedad y, si se tiene mucha hambre, hacer trabajos manuales (bricolaje, puzles, coser, pintar, tocar un instrumento musical). Esas actividades nos despejan la mente y suelen hacer que nos olvidemos de las comidas