“Varias cepas probióticas han demostrado que empleadas en unas dosis adecuadas y administradas durante el tiempo suficiente, pueden acortar la duración de la diarrea entre uno y dos días”. Son declaraciones del doctor Guillermo Álvarez Calatayud, especialista en Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Materno Infantil Gregorio Marañón de Madrid, con motivo de la reciente celebración en Valencia del ‘V Workshop Probióticos, Prebióticos y Salud. Evidencia Científica’.
Para el doctor, los beneficios de los nutrientes probióticos son indiscutibles, dado que también contribuyen a la disminución de las deposiciones y a la reducción del número de ingresos por diarrea. Otro avance destacado en el campo de la gastroenterología se centra en los “beneficios que aporta el trasplante fecal en la diarrea recurrente por ‘clostridium difficile’”, en tanto que la realización de ese trasplante “abre nuevas expectativas” para el abordaje de varias enfermedades, ha señalado el facultativo. A grandes rasgos, el trasplante fecal consiste en transferir bacterias intestinales beneficiosas de un donante sano a una persona infectada por ‘clostridium difficile’.
Probióticos contra la enterocolitis necrotizante neonatal
Según remarca el doctor Álvarez Calatayud, algunos estudios han demostrado que los probióticos protegen de la enterocolitis necrotizante neonatal, una dolencia que afecta a bebés: “administrando diversas cepas de probióticos en aquellos prematuros que están ingresados en las unidades de cuidados intensivos neonatales se puede prevenir esta peligrosa enfermedad, que es la enfermedad gastrointestinal más grave del recién nacido, sobre todo el prematuro”.
Por otra parte, los niños que son alimentados al pecho se benefician de una manera natural de los microorganismos que actúan de manera probiótica. Por ello, “muchos de esos probióticos se empiezan a añadir a las fórmulas lácteo-infantiles cuando los lactantes no pueden tomar pecho”, ha explicado el facultativo. Con la administración de esos nutrientes se consigue prevenir de infecciones, sobre todo de las digestivas y respiratorias, y además se mejora el tránsito intestinal y se evitan regurgitaciones y estreñimiento. Dichos nutrientes, ha comentado el doctor Álvarez Calatayud, también están indicados para mujeres embarazadas. Existen estudios en que se señala que tomar probióticos durante los últimos meses de gestación y los primeros meses de la lactancia puede ayudar a combatir afecciones del lactante como la dermatitis atópica.
Posible uso futuro de los probióticos contra el cáncer
De hecho, más allá de aplicaciones en afecciones gastrointestinales, hoy en día los probióticos “ya se usan con buenas evidencias científicas” en cuadros de vaginitis y mastitis, ha dicho el especialista. Asimismo, se espera que en el futuro puedan utilizarse para conseguir mejoras en personas autistas y pacientes con hipercolesterolemia, o incluso sirvan para actuar de manera preventiva en enfermedades vasculares y algún tipo de cáncer, según ha revelado el doctor.
Otro de los terrenos en los que se investiga el papel que pueden desempeñar los probióticos es la lucha contra los efectos nocivos de la obesidad. “Se sabe con certeza que los individuos obesos, tanto niños como adultos, presentan una microbiota (microorganismos alojados en los intestinos) diferente; microbiota diferente que puede desarrollarse desde la primera infancia influida por diversos aspectos como la alimentación durante el primer año, el consumo de antibióticos o tener infecciones, pero de momento -prosigue el especialista- no se conoce ningún preparado probiótico para administrar en individuos obesos”. De todas formas, en caso de que se descubriera una cepa probiótica de esas características “sería necesario acompañarla de una alimentación sana y ejercicio físico”, ha puntualizado.
Prebióticos contra el estreñimiento
En cuanto a los prebióticos, el doctor Álvarez Calatayud ha especificado que esta clase de nutrientes están indicados para combatir casos de estreñimiento.